lunes, 18 de marzo de 2019

Canto VII

Fortuna es una diosa de la mitología romana . En este canto Dante está en el cuarto cirvulo del infierno

lunes, 21 de octubre de 2013

Sueño, orgasmo y muerte

- El psicoanálisis puede dar una explicación de la relación entre el sueño y el orgasmo, que pueden asociarse a su vez imaginativamente con la idea de la muerte. Las personas que padecen insomnio y as que no pueden alcanzar el orgasmo pueden descubrir en el curso del análisis que su incapacidad para quedarse dormidas o para fundirse con alguien a quien aman en una unión erótica se debe al terror a perder el sentido del yo. También es interesante que en Francia llamen al orgasmo la petite mort, la pequeña muerte. En la mitología griega, sueño y muerte son hermanos, Morfeo y Tánatos. Para sumirse en el sueño hay que prescindir de la idea personal del yo y disolverse en la fusión primordial con el mundo, o con la madre o el útero. Perder el yo cotidiano se experimenta como una pérdida en vez de como un enriquecimiento. Esto puede aplicarse también a las personas que no pueden disfrutar del orgasmo [...
La voluntad de perder nuestra noción del yo que nos permite sumirnos en el sueño o la fusión orgásmica puede permitirnos también no tener miedo a morir. Podría decirse que el sueño y el orgasmo son formas sublimadas de morir [...


Los sueños y la evolución

- Tambien es singular que generalmente los humanos duerman echados. Los gatos duermen ovillados. Casi todos los perros duermen estirados. A los tigres les gusta echarse en un árbol. Los elefantes duermen de pie y los hipopótamos debajo del agua. Las vacas pueden dormir con los ojos abiertos. Los delfines siguen nadando mientras duermen, ¡porque sólo duerme la mitad de su cerebro! Algunos mamíferos duermen durante períodos breves. Por ejemplo, los elefantes duermen una media de 3,2 horas al día. Las ratas duermen de dieciocho a veinte horas diarias. Se da una curiosa relación: a menos tamaño, más horas de sueño.

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Algunos biólogos suponen que las aves migratorias duermen mientras vuelan durante sus largos recorridos de varios días, igual que lo hace los delfines mientras nada, que sueñan mientras vuelan sobre el planeta.



Etcétera

En la tercera hallaron dos libros: uno era negro y enseñaba las virtudes de los metales de los talismanes y de los días, así como de la preparación de venenos y contravenenos; otro era blanco y no se pude descifrar su enseñanza, aunque la escritura era clara.



sólo por poner algo de Borges, rápidamente, que remite a las 1001 noches, noche 272

Marco Polo

Y sin embargo -decía-, sé que mi imperio está hecho de la materia de los cristales, y agrega sus moléculas siguiendo un dibujo perfecto. En medio del hervor de los elementos toma forma un diamante espléndido y durísimo, una inmensa montaña facetada y transparente. ¿Por qué tus impresiones de viaje se detienen en las engañosas apariencias y no captan este proceso incontebible? ¿Por qué induces a melancolías inesenciales? ¿Por qué escondes al emperador la grandeza de su destino?

Y Marco: - Mientras a una orden tuya, sir, la ciudad una y última alza sus muros sin mácula, yo recojo cenizas de las otras ciudades posibles que desaparecen para cederla lugar y no podrán ser reconstruidas ni recordadas más. Sólo si conoces el residuo de infelicidad que ninguna piedra preciosa llegará a resarcir, podrás calcular el número exacto de quilates a que debe tender el diamante final, y no errarás los cálculos de tu proyecto desde el principio.

lunes, 26 de diciembre de 2011

canto primero

Viejo Océano de olas de cristal, proporcionalmente te pareces a las marcas cerúleas que se ven sobre la espalda magullada de los grumetes. Eres un inmenso moratón aplicado sobre el cuerpo de la tierra.

Viejo Océano, eres el símbolo de la identidad: siempre igual a ti mismo.

Viejo Océano, oh, gran célibe, cuando recorres la soledad hierática de tus flemáticos dominios, con plena justicia te enorgulleces de tu magnificencia nativa y de los elogios veraces que me apresuro a brindarte. Balanceado con voluptuosidad por los blandos efluvios de tu lentitud majestuosa, el más grandioso de los atributos con que el soberano poder te ha gratificado, despliega, rodeado por un brumoso misterio y en la totalidad de tu sublime superficie, tus olas incomparables que se suceden, paralelas, separadas por cortos intervalos, con el tranquilo sentimiento de tu pujanza eterna.
Apenas una disminuye, otra crece y va a su encuentro, acompañadas del melancólico sonido de la espuma al deshacerse, para advertirnos de que todo es espuma.

lunes, 25 de octubre de 2010

El hartazgo no es más mi amor. Las iras, las desmesuras, la locura, conozco todos sus impulsos y desastres, me he deshecho de todo ese fardo.
Apreciemos sin vértigo la extensión de mi inocencia.
Ya nunca seré capaz de pedir el consuelo de una golpiza. No me creo embarcado en una boda con Jesucristo por suegro.
No soy prisionero de mi razón. He dicho: Dios. Deseo la libertad en la salvación: ¿cómo la perseguiré? Los gustos frívolos se me han quitado. No más necesidad de devoción ni amor divino. No me da nostlalgia el siglo de los corazones sensibles. Cada uno con su razón, desdén y caridad: retengo mi puesto en esa escalera angelical del buen sentido.